sábado, 27 de julio de 2002

Por fin llegamos a la Y

Boti: El cólico de dos de los miembros de la expedición el día anterior exigió reposo continuo en el mirador del hostal lo que nos permitió al día siguiente “madrugar” a las 8:30 para alimentarse en condiciones con un desayuno copioso y partir en minibús hacia una de las ultimas voluntades del Barrus: la famosa “Y”. El minibús nos dejó en Ölüdeniz, al borde del mar pero para acceder a la laguna azul tuvimos que caminar lo nuestro, peaje a medio camino incluido! Si, si tuvimos que pagar por ir a la playa, igual por eso de que le sitio ese es patrimonio de la UNESCO y esas cosas! La verdad es que era precioso y en ningún momento del viaje pensábamos que llegaríamos hasta allí pero; Prueba superada!

Nos tumbamos al sol, que no zurraba casi, todo el tiempo que pudimos en mi caso aguante 10 minutillos de nada y me fui con el Dave a nado unas millas hasta alcanzar un islote de enormes acantilados, como hombres aventureros que se nos supone desafiamos las leyes de la naturaleza saltando a las cristalinas aguas desde una altura de una veintena de metros. El Puch y el Furïs se quedaron retozando y acaparando los penetrantes rayos de Lorenzo! A nuestro regreso nos fuimos todos a la orilla a achicharrarnos como cochinillos, pero se estaba que daba gusto vernos.

Hacia las 14:00, el sol ganó la batalla y decidimos retirarnos a alimentar el buche a base de fruta que aparte de refrescar, es semi-barata, el bote no da para grandes comilonas en las terrazas de moda! Me parece casi tontería mencionar que comer, comimos a gusto!

Con la tripa “no vacía” regresamos al txiringuito de la playa para echar una potxa a la sombra! Nos dieron las 16:30 y pelín coloraditos le pedimos una revancha al sol debilitado, ya que nos tumbamos otro ratito! Solo la valentía o más bien diría la inconsciencia del señor Pujol nos hizo aguantar los embistes del sol que acabó definitivamente con nosotros poco antes de las 18:00. Nos defendimos como pudimos pero salimos con magulladuras todos menos el Furïs!

Dave: El resto del día no tuvo nada de especial. Volvimos a Fethiye, cenamos y salimos el tiempo justo para que el Sr. Boticario comprase unas joyas a su parienta. Buenas noches!!

viernes, 26 de julio de 2002

Me cago en el bus, que lo detengan!!!!

Boti: Recordar que en Capadocia estábamos, y Capadocia en Turquía está y en Turquía nada puede esperarse puntualmente, tampoco los buses obviamente! Se nos dijo de ser puntuales a las 19:30, que el bus salías a las 19:40 falte quien falte, y resulta que el único que faltaba era el bus! No llegó hasta las 20:30; horita tarde! En un principio teníamos unos asientos decentes pero durante la espera nos pusieron en el fondo norte: de tribuna a gallinero! Nos tocaron los últimos asientos y nos esperaba un viajecito de 14 horas.

Dave: El viaje fue todo lo que se podía esperar en aquella situación, 14 horas de las cuales 5 estuvimos en el más dantesco de los infiernos como ya comente anteriormente. Tuvimos la suerte de que el copiloto decidió darse un homenaje en forma de siesta, para lo cual nos cambio de asientos (necesitaba los 5 de atrás para tumbarse) y entonces pudimos hacer un viaje medio aceptable.

Así pues llegamos a Fethiye con la esperanza de la playa, y por supuesto, dimos con nuestro gozo en un pozo. La playa estaba en retama y medio. Así que decidimos quedarnos en un albergue que única y exclusivamente se salvaba por las increíbles vistas sobre la bahía que realmente eran imponentes. Por lo demás, el servicio lamentable y las habitaciones daban directamente a la puta calle. Así son las cosas.

Nos quedamos en el hostal con la idea de ver la contrarreloj del Tour, plan que también nos pisotearon. Viendo que Puck y el Furïs andaban con el estomago un poco suelto (se meaban por donde no es), el Boti y yo nos fuimos a dar una vuelta por la city, por lo que vimos un pelín de ambientillo (no el suficiente para ser sábado) que no nos convenció para deleitarlos con nuestras afamadas danzas. Nos volvimos al hostal a aprovechar horas de sueño tras la birra y el tabaco de menta.

Pujol: Que pronto olvidamos las putadas que nos suceden en el viaje. El traslado de nuestros cuerpos a Fethiye fue uno de los peores sucesos de mi afamada y prospera vida.

La subida a nuestro lugar de descanso en esa noche se produjo a las 20:30, una hora tarde. El ambiente en el lugar tenía un deje olfativo a pie (roquefor – roquefor) o a pota (tipo la que echa después de los dos litros de kalima del Boti). Además para colmo el lugar donde nos había tocado era donde el olor más poder tenía. Comprendimos que el vomito que emitía ese correoso hedor venía de la parte de atrás de nuestros propios asientos (Guay) que para colmo eran los de atrás (con poco hueco para las piernas).

Poco más tarde los jodios turcos que sólo piensan en sí mismos y en sus peculiaridades me echaron el asiento para atrás. Ya no tenía nada de sitio. Con el amado Boti más tarde en el asiento de adelante pudimos dormir a gusto.

A las 00:30 el autobús se paró en X sitio. Se subieron 3 tipos que tenían nuestro asiento (error turco). El que se quedo en el sitio libre fue un tipo posiblemente del este que medía 1,95 metros y superaba los 100 Kg. El espacio en la parte de atrás era ínfimo ya con el Boti en el asiento asignado oficialmente. Un autentico infierno.

El jodido enano (no Boti) que creía ser el jefazo de autobús, porque era el ayudante del conductor (no se le puede llamar copiloto) nos trató con desprecio en todo el viaje. Hasta que un momento nos quiso hacer el favor de cambiarnos de sitio para mejorar nuestro descanso. Eso creíamos. Sólo quería echarse a dormir en nuestros asientos. Gracias de todas formas.

A partir de ahí dormimos con corrección excepto Uría que con un apretón enorme tuvo que parar el autobús. Como lo hiciste mariconzón. Se quedó bien a gusto y llegamos 10 minutos más tarde a nuestro destino.

jueves, 25 de julio de 2002

Matriz, The New Generation



Furïs: Comenzó un nuevo día con un gran desayuno. SuperBö y mi persona comimos torrijas con miel y mermelada de fresas y los otros dos mochileros desayunaron grandes platos con todo tipo de cosas. Era uno de los pocos desayunos que tuvimos y eso se agradeció una barbaridad.

Después de pegarnos semejante banquete nos esperaba un tour que duraba todo el día. Tuvimos que esperar un buen rato a la van del tour, y cuando llegó vimos que estaba lleno de coreanos, japoneses,…en definitiva, asiáticos. Estuvimos hablando con los coreanos y conocían a Lee Chun Soo.

La primera parada fue breve donde contemplamos una bella panorámica de los típicos paisajes de Capadocia.

La segunda parada fue bastante más larga y bastante más curiosa. El lugar se llamaba “Undercover city” y era una autentica ciudad bajo tierra (o eso es al menos lo que nos intentaban vender, porque a mi me parecía una ciudad un poco de palo). La ciudad constaba de ocho niveles, todos bajo tierra. En este lugar tenían de todo desde cocina hasta un establo. Había algunos lugares espaciosos pero había otros en donde tenías que agacharte considerablemente. Estamos hablando de una ciudad que pasaba de los 50 metros bajo tierra. (En este lugar sucedieron muchos sucesos homosexuales. Perdimos la virginidad anal con una botella de agua).

La tercera parada consistía en un hike de tres kilómetros en medio de un cañón. Tuvimos que realizar bastantes movimientos matrix para sortear algunos de los obstáculos del peligroso camino, aunque esto solo fue el calentamiento. Después de esta larga caminata nos esperaba la comida, el lugar donde comimos estaba en un tramo del cañón y estaba al lado de un río. Después de comer nos dirigimos a uno de los lugares donde se rodaron algunas de las escenas de Star Wars.

Seguidamente nos llevaron al lugar donde teníamos que mostrar nuestras habilidades matrix. Subimos una especie de monte curioso en donde las viviendas, iglesias, etc. se hallaban dentro del extraño monte, es decir, eran pequeñas cuevas que utilizaban como viviendas, etc. Ya en lo alto comenzó nuestra concentración antes de empezar el peligroso descenso en el que alguno de nosotros podía perecer. La concentración terminó con unos rezos en la iglesia del lugar. El descenso comenzó con lentitud y con algo de nerviosismo dentro del grupo. Poco a poco, la confianza en nuestra destreza fue aumentando y también nuestra velocidad de descenso, la cual alcanzó velocidades de crucero. Al terminó de la actuación, nuestros amigos los asiáticos, expertos en la materia, nos dedicaron una gran ovación. El descenso esta grabado en video por lo que será ahí donde se verán nuestras verdaderas habilidades matrix.

Después de semejante esfuerzo y espectáculo ofrecido nos llevaron a un lago que estaba dentro de un cráter, el cuál tenía unas propiedades únicas que nos ayudaron a recuperar el aliento perdido en la operación matrix. Otra vez, fuimos los únicos que nos atrevimos a adéntranos en tan misteriosas y profundas aguas de extrañas propiedades.

Una vez recuperados nuestros cuerpos acudimos al lugar donde hacen cerámica, y en el cual nos mostraron como se hacía. Había autenticas joyas de la cerámica. Y ya por ultimo, nos llevaron al valle de los penes, en donde lo único que veías eran penes, mirases donde mirases (un lugar curioso).

Lo único destacable que ocurrió después del tour fue la larga espera del autobús que nos tenía que llevar a las lindas playas de Fethiye.


Dave: Mención aparte cabría hacer a este viaje en bus. Podríamos dedicar capítulos y más capítulos a llorar por este trayecto, peor una vez pasado diré que tampoco fue tan malo como en un principio pensamos que iba a ser. Mencionar simplemente el gusto del pueblo turco por súper poblar los autobuses y de cambiarte de asiento a horas intempestivas de la noche. Indicar también el hedor extraño que tuvimos que soportar y que por esta vez no lo desprendíamos nosotros.

miércoles, 24 de julio de 2002

Rumbo a la Turquía profunda


Dave: Nos despertamos en el tren llegando a Ankara, por cierto que fue uno de los mejores, por no decir el mejor, que hemos cogido hasta ahora. Con la mochila al hombro fuimos de la estación de tren a la de autobús en metro, en el cual nos miraban como a bichos raros. Allí cogimos un bus en el que, junto a 3 orientales ramos los únicos extranjeros, nos llevó tras cuatro horas a Göreme, un pueblecito en el centro de Turquía y de la región de Capadocia. La peculiaridad de esta región son las rocas sedimentadas que adoptan formas bastantes extrañas (la mayoría parecen penes) y que la gente vive en cuevas excavadas en ellas. Nuestro hostal también era así, y nuestra habitación era un zulo que resultó de lo más acogedor, sobre todo para un Puck acostumbrado, como buen oso que es, a cohabitar las cavernas.

Dimos un paseo bastante ameno y nos fuimos a cenar un kebab. Después amenizamos la noche con una partida de pocha. Antes de ir a dormir Furïs, el Boti y yo decidimos ir a ver las estrellas aprovechando la poca luz. Puck cobarde y holgazán como pocos se quedo durmiendo en la habitación. Así fue que arriesgando nuestras vidas conseguimos ascender a un pico de altitud semejante al K2 sin importarnos la cantidad insospechosa de alimañas de todo tipo que nos atacó, y ya en la cima descubrimos una nueva constelación que bautizamos como “Melopea”, en honor a las que nos agarramos cada sábado. Tras un descenso igualmente lleno de peligros y adversidades y con leves heridas en nuestros hercúleos cuerpos nos fuimos a dormir acompañando al señor Puck.

martes, 23 de julio de 2002

Bueno, Bonito y Barato”



Boti: Fui informado al día siguiente del pille de Dave, día que tampoco merece excesiva atención en este relato ya que tras una leve incursión en el Palacio de Topkapi, nos adentramos en el Bazar de Estambul a poner practica nuestra depurada técnica del regateo!

El resto del día lo dedicamos a los preparativos de nuestra siguiente etapa de este Tour! Esa noche cogimos por los pelos un ferry que nos llevó a Asía (siempre en Estambul) donde aguardaba a las 23:30 un tren dirección Ankara.

Durante el tiempo de espera, dimos con nuestro culo en un chiringuito de mala muerte en medio de coches y bocinazos al que prometimos volver en alguna vez si regresaba alguno de nosotros a Estambul.

Cenar, como no Kebab, y al tren, cojonudo por cierto: se durmió a gusto hasta llegar a Ankara.

Pujol: El Bazar, lugar no deseado por los comerciantes de buenas intenciones y de mala interpretación de la venta y de los sentimientos ajenos. Lugar donde los maleantes se hacían con las mercancías y el dinero de los pobres turistas. Lugar donde los famosos abundan haciendo sus compras con racanería, sin tener en cuenta su poder adquisitivo. Lugar donde el comerciante lugareño, te aconseja la compra de sus bienes con el bueno, bonito y barato… puede ser.

Sólo los que hemos hecho viaje sabemos como es el Bazar realmente, porque no voy a relatar como es realmente.

La cuestión es que el Bazar es un lugar de regateo. El 50% es el número límite en el que imponer tu precio al moro cabrón que con cara de desgraciado te hace entender que esta perdiendo dinero.

En los numerosos puestos de compra intentamos encontrar el precio más bajo y en algunos conseguimos nuestro propósito y en otros no. Pero algo curioso me sucedió en uno de los puestos. Mi intención era comprar una “joya” a mi novia. Le pregunté el precio y me dijo 110 millones de liras turcas. Mi precio limite era de 40 millones y así se lo hice entender. Después de un intenso tira y afloja y de la realización del paripé parte del turco, me dejó la pieza en ese precio pero con la obligación de volver a Estambul el año que viene y pagarle 35 millones más. ¿Estamos tontos? ¿Me tomó el pelo? ¿Lo decía en serio? (Comentar que nos compramos los cuatro unas camisetas rojas de Turquía).

En nuestro paseo por el Bazar nos encontramos con el único famoso del viaje. No, no fue Nihat. Nos encontramos con…..Malena Gracia. Debido a nuestra extrema dedicación al regateo no le hicimos ni caso. ¡Se lo merece!

Dave: Antes de coger el ferry nos despedimos en el hostal de las coleguitas alemanas, que se volvían hacía las Germanias. Nos hicieron buena compañía durante unos buenos días y todos (yo un poquito más) les cogimos mucho cariño. Auf wiedersehen!!


lunes, 22 de julio de 2002

La misteriosa desaparición del Barrus

Dave: gran amigo y mejor persona que tantas veces nos había ayudado. Se quedo olvidado en algún lugar de la gran Estambul, esperamos que la ciudad lo adopte, y sepan aprovechar mutuamente el potencial de ambos en una perfecta simbiosis. No te olvidaremos, estarás siempre en nuestros corazones. Adiós!!

Pujol: Tu inmensidad será oída
ya que tu sabiduría estaba toda escrita,
con ello ayudaste a estos mochileros
en tierra de griegos.

Tu Barrus libro guiador
en momentos un elemento apaciguador,
tus amigos te echaremos de menos
siempre que lleguemos enteros.

Lo canción dice que algo se muere en el alma cuando un amigo se va y la verdad es que es así.

Nuestro Barrus, un libro que ha sido ayuda nuestra en este caminar por los pueblos civilizados y los que no lo son, de la Europa Mediterránea. Se extravió en algún lugar en la ciudad de las ciudades. En algún espacio comprendido entre Europa y Asía. Si Barrus hubiese podido hablar nos hubiese pedido que su perdida hubiese sido allá.
¡¡Te echaremos de menos!!

Furïs: Dedicatoria al Barrus:

“Sin ti estamos desorientados,
en este desconocida tierra.
Sin ti estamos perdidos,
en este extraño mundo.
Y sin ti entre nosotros,
no sabremos que camino seguir”.

¡¡¡Te añoramos Barrus!!!

Boti: ¡Un descuido en la expedición provocó la primera baja sonora!

Cinco valientes partimos de Hendaya Uría, Pujol, Dave, Boti y el Barrus con una importante misión por cumplir. Atravesar rios y montañas hasta llegar a la playa. Las inclemencias del tiempo, colicos y diarreas van minando nuestra salud! Barrus no aguantó y tuvo que abandonar el barco sin ni siquiera estar nominado!

Cuatro intrépidos siguen mirando hacia delante, una única vista atrás para recordar al serpa que nos siguió en los primeros pasos de nuestra aventura.

Barrus, tu sabiduría nos llevará seguro a buen puerto, y tu recuerdo siempre irá con nosotros!

¡¡Te despedimos con un fuerte abrazo de toda la expedición!!

Sigo con la narración de nuestra aventura:

Tras Kebab, tes y tabaco de manzana y a pesar de la caminata que llevábamos encima, parecía que aun quedaba gente con ganas de juerga, y nos sentamos a tomar unas cervezas en una terracilla que no nos embriagaron pero si provocaron la risa tonta! Mención especial merece las facilidades que le proporciona a uno ser mujer en Turquía, las alemanas se beneficiaron de un kankarro gratis cada una, además de un descuento en lo que habían pedido!

Después de eso a dormir, bueno algunos otro se permitieron un postre tentón como el Dave que no dejó pasar la oportunidad de descargar todo su amor acumulado en una habitación donde dormían otras 10 personas, y que personalmente no me enteré (Furïs que estaba debajo tampoco se enteró y eso que las literas hacían bastante ruido. ¿El cansancio acumulado?

Super-Bö y los 3 bosqueteros



Pujol: He de agradecer a las graciosas y simpáticas alemanas el nombre de Super-Bö ante la incapacidad de estas para decir Borja. Mira que es fácil pronunciar Borja, Bor-ja. Esto de ser extranjero es un coñazo. Está claro que hay que ser de España y más concretamente del País Vasco.

La mañana empezó de manera inusitada, ya que debido al viaje del día después nos despertamos a las 9:30, duchita rápida y fría, y de paseo por la capital del mundo.

Nuestra primera parada, después de nuestro amigo y a la vez enemigo (ya que nos da alcohol pero nos quita dinero) cajero, fue el museo Santa Sofía. Antigua iglesia, antigua mezquita, antiguo polvorín y actualmente, museo con un personal de restauración con capacidades nulas para mantener semejante espacio. Lugar de amplísima historia, el museo ha sido castigado durante los años. Pero a pesar de ello, en esta se podía atisbar las distintas corrientes religiosas y arquitectónicas que se han sucedido en el País.

En segundo lugar, dirigimos nuestra mirada hacia el fondo del jardín que se situaba justo al salir de la puerta del museo Santa Sofia. Entre los chorros de agua transparente, seis minaretes acompañados de una cúpula de estilo mezquita coloreaban de un azul más oscuro el claro cielo. Lugar llamado la Mezquita Azul. Dentro de ella, con un Dave disfrazado de bandolero y todos nosotros sin zapatos (como manda la tradición). Nos encontramos con una basta superficie dedicada al culto masculino (ya que existía una pequeña sala para las mujeres). El techo era de una belleza en ese momento incalculable, pero que luego no resultaría tan admirable. Dudamos entonces si quedarnos para ver el rezo del mediodía o seguir, y lo segundo fue lo que venció en la decisión.

Dave: Decidimos seguir con nuestro momento cultural (hay que aprovecharlos que no son muchos) y fuimos al palacio de Topkapi. Para aseverar nuestra mala suerte compobramos que justo ese día, cerraba.

Resignados comenzamos una caminata que nos llevo hasta el puente Galata. Pensando que al otro lado del puente estaba Asia, lo cruzamos y comenzamos con los típicos cánticos y danzas celebrando el cambio de continente. Grande fue nuestra decepción cuando nos enteramos que Asia no era ni de cerca, por lo que, tuvimos que posponer la celebración. Ya que estábamos allí decidimos subir a una torre (después nos enteramos que era la “Torre de Galata”) desde la que quedamos totalmente impresionados. Hasta donde alcanzaba la vista se veía ciudad, ciudad y más ciudad. Algo realmente monstruoso, y por todos lados surgían los minaretes, unos más grandes, otros más bonitos, pero todos ellos chocantes para los cuatro donostiarras.

Así que iniciamos el descenso (la ascensión fue durisima) y fuimos poco a poco hasta la mezquita de Suleyman, la que para mí es la más bonita y espectacular. Allí encontramos un pozo de los deseos, y decidimos consagrar una oración a otro Dios, Alá esta vez, con la intención de que esos 10 céntimos nos aseguraran la protección de otro Dios en nuestro viaje. Los cuatro lanzamos la moneda y, claro esta, los cuatro recibimos el castigo. Lo siguiente que nos pasó fue un desánimo tras otro, entre ellos, la perdida del Barrus.

Además de perder el Barrus, también nos perdimos nosotros mismos. Guiados por “Furïs Jones”, llegamos a lugares insospechados de Estambul. Momentos de tensión e incluso diré miedo, pero que nos enseñaron zonas de Estambul que de otro modo nunca habríamos visto, y nos sirvio para darnos cuenta, de que aunque todos aquí sean muy serios y parece que te van a hacer cualquier tortura, no son lo que parece, y siempre que pueden te ayudan. Amo al pueblo turco!! Con ayuda de sus indicaciones llegamos a un metro que nos dejo en la puerta del hostal. Prueba superada!!

Sigo escribiendo yo porque esta gente se está volviendo realmente vaga. Después del correspondiente aseo fuimos por ahí a cenar, como no, kebab. Después pululamos un poco por la noche de Estambul y nos sentamos en un lugar típico a pestuzar. Yo me tome un té de rosas (buenisimo) y cada uno de los demás otras bebidas estrañas, y el Sr. Boti y yo lo acompañamos de una pipa de tabaco de manzana que no pareció disgustar del todo al señor Puck.

domingo, 21 de julio de 2002

Pythion, la fortaleza turca

Furïs: Hoy nos hemos despertado en Tesalónica, hemos cambiado de tren y vamos hacia la frontera turca.

Lisa + Verenaà “Zuerst einmal müssen wir uniere wackelige schrift entschuldigen, aber das ist nicht unsere Schuld: el tren!

We are glad that we met you, because the time we have spent with you was (y todavía es) a lot of fun. Wir hoffen, dass ihr auch so denkt. Damit ihr uns nicht vergesst.

We really want to see “paquito”, so don´t think that you have seen us for the last time! Especially you Super-Bö...no we are just kidding!!! Vamos a extarñar vosotros!!

Kuss <<<>>>>>

Furis: Hemos pasado por Didimoticho. Gran pueblo donde los haya, es de los últimos pueblos griegos antes de Turquía.

Llegamos a la frontera, más concretamente a Pythion. Nos hicieron bajar y darles los pasaportes. El lugar, Pythion, era bastante pueblo fantasma, donde las hormigas parecían perros asesinos. Nos retuvieron en este lugar un par de horas para luego mandarnos a la frontera turca y tener que pasar la misma odisea. 1º porque tardaron una eternidad en mirar y poner los sellos en los pasaportes y 2º porque a la hora de pagar no tenían cambios, con lo que el caos fue total.

Por fin, nos dejaron en paz y pudimos continuar con el trayecto. Llegamos a Estambul bastante tarde y no teníamos hostal. Salimos del tren y nos dirigimos al hostal que nos indicaba nuestro Barrus. Al cabo de un rato, lo encontramos pero no sin antes haber tenido que soportar a los turcos ofreciéndonos plazas de hostal. El hostal no era ninguna maravilla pero era tarde y queríamos dormir, el tipo de la recepción era un idiota. Nos dieron una habitación de 15. Nosotros éramos 4 e íbamos acompañados por dos alemanas.

El trayecto Atenas-Estambul ha sido el peor de todos y con diferencia. Espero que todo salga bien y podamos volver por las islas.

Boti: Antes de acostarnos, el quinto viajero pidió protagonismo, no se puede dormir con la tripa vacía sin haber cenado, le deja a uno triste por lo que tras no mucho caminar, un insistente turco, que resultó simpático nos ofreció mesa para seis y un plato de Kebab con varietés y agua por un módico precio de 3.500.000 millones de liras turcas cada uno! Una oferta así no se puede rechazar. Lo dicho, cenar a gusto y a la postre, al piltro!
Yo te bautizo como Diario del Atípico Mochilero Europeo; diario del viaje de Interrail del que escribe, Borja Pujol y los que me acompañan, David Olavaria, Erik Martín y Iosu Uría, su orden no está dispuesto por su importancia ni por supuesto, por su altura.