

Después de pegarnos semejante banquete nos esperaba un tour que duraba todo el día. Tuvimos que esperar un buen rato a la van del tour, y cuando llegó vimos que estaba lleno de coreanos, japoneses,…en definitiva, asiáticos. Estuvimos hablando con los coreanos y conocían a Lee Chun Soo.
La primera parada fue breve donde contemplamos una bella panorámica de los típicos paisajes de Capadocia.
La segunda parada fue bastante más larga y bastante más curiosa. El lugar se llamaba “Undercover city” y era una autentica ciudad bajo tierra (o eso es al menos lo que nos intentaban vender, porque a mi me parecía una ciudad un poco de palo). La ciudad constaba de ocho niveles, todos bajo tierra. En este lugar tenían de todo desde cocina hasta un establo. Había algunos lugares espaciosos pero había otros en donde tenías que agacharte considerablemente. Estamos hablando de una ciudad que pasaba de los 50 metros bajo tierra. (En este lugar sucedieron muchos sucesos homosexuales. Perdimos la virginidad anal con una botella de agua).

Seguidamente nos llevaron al lugar donde teníamos que mostrar nuestras habilidades matrix. Subimos una especie de monte curioso en donde las viviendas, iglesias, etc. se hallaban dentro del extraño monte, es decir, eran pequeñas cuevas que utilizaban como viviendas, etc. Ya en lo alto comenzó nuestra concentración antes de empezar el peligroso descenso en el que alguno de nosotros podía perecer. La concentración terminó con unos rezos en la iglesia del lugar. El descenso comenzó con lentitud y con algo de nerviosismo dentro del grupo. Poco a poco, la confianza en nuestra destreza fue aumentando y también nuestra velocidad de descenso, la cual alcanzó velocidades de crucero. Al terminó de la actuación, nuestros amigos los asiáticos, expertos en la materia, nos dedicaron una gran ovación. El descenso esta grabado en video por lo que será ahí donde se verán nuestras verdaderas habilidades matrix.

Una vez recuperados nuestros cuerpos acudimos al lugar donde hacen cerámica, y en el cual nos mostraron como se hacía. Había autenticas joyas de la cerámica. Y ya por ultimo, nos llevaron al valle de los penes, en donde lo único que veías eran penes, mirases donde mirases (un lugar curioso).
Lo único destacable que ocurrió después del tour fue la larga espera del autobús que nos tenía que llevar a las lindas playas de Fethiye.
Dave: Mención aparte cabría hacer a este viaje en bus. Podríamos dedicar capítulos y más capítulos a llorar por este trayecto, peor una vez pasado diré que tampoco fue tan malo como en un principio pensamos que iba a ser. Mencionar simplemente el gusto del pueblo turco por súper poblar los autobuses y de cambiarte de asiento a horas intempestivas de la noche. Indicar también el hedor extraño que tuvimos que soportar y que por esta vez no lo desprendíamos nosotros.
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