Dave: Nos despertamos con la resaca habitual de un domingo, pero con unas prisas y un estrés inusitado, debido a que teníamos que dejar la habitación a las 11:00 y eran las 10:55, con llamadas intensas desde recepción. Ducha rápida y trajín de maletas y en marcha para ver el museo de historia de Grecia al que las alemanas nos querían llevar y que, por ser domingo tenía entrada gratuita.
Decir que el museo no era nada del otro mundo, muchos cuadros, trajes y armas, pero se hacía ameno por los comentarios de un Pujol, que con la resaca que se trajinaba no andaba, sino que se arrastraba torpemente y quejaba de que le lleváramos a “esos sitios”. Tras esto fuimos a ver la curiosa guardia griega, que con un traje más típico de pastor de cabras que de soldado, se movían de una forma extraña pero de lo más acompasada. Así llegamos a un parque en el que descubrimos un trocito de cielo en forma de césped con sombra, donde nos echamos a pestuzar para, bien rodeados por los árboles del bosque, liberar nuestras mentes y relajarnos durante unos minutos en la tan mítica Atenas, ciudad de mitos, dioses y cultura.
Furïs: Después de haber estado pestuzando un buen rato en los frondosos jardines griegos fuimos, como siempre, a comer. Comimos kebabs, y la verdad es que estaban bastante buenos.
Una vez saciada nuestra hambre, fuimos al hostal donde habíamos dormido dos días para ver el Tour. Cuando llegamos la gente estaba viendo Formula 1, con un sorprendente Da Matta como líder y con Schumacher y compañía fuera de los puntos. Al final, ganó Barrichelo. A continuación, pusimos un cada vez más apasionante Tour. Lo más interesante de la carrera es que hubo ataques que Amstrong no pudo responder. Al final de la carrera, las distancias se acortaron y dos corredores del Euskaltel se situaron en 4º y 5º posición (Mayo y Zubeldia respectivamente).
Esa tarde compramos comida para la odisea turca y aprovechamos para ir a ver tiendas. Más tarde, nos paramos en un parquecillo cerca del hostal. Dave se divertía con un chaval que creemos que era autista. Pujol intentaba divertirse con una pelota, pero desistió al meterse un ostión contra el suelo y clavarse un cristal (no hay que olvidar su malhumorada resaca), y Boti y yo nos divertíamos con la pelota.
En la estación nos volvimos a encontrar de nuevo con los del San Patricio (Sabih y compañía), que también iban a Turquía. En el tren estuvimos hablando con unos catalanes muy majos, el cual estaba lleno de españoles. Los del Sanpa, los catalanes, un grupo grande de bilbainos y nosotros. No hay que olvidar que nos acompañaban nuestras amigas las alemanas.
El comentario del día son los coleguitas del Dave y del Boti de su compartimento (los crios de Spiderman y Spanishman). Puch y yo dormimos en otro compartimento, con una familia y un tipo.

Furïs: Después de haber estado pestuzando un buen rato en los frondosos jardines griegos fuimos, como siempre, a comer. Comimos kebabs, y la verdad es que estaban bastante buenos.
Una vez saciada nuestra hambre, fuimos al hostal donde habíamos dormido dos días para ver el Tour. Cuando llegamos la gente estaba viendo Formula 1, con un sorprendente Da Matta como líder y con Schumacher y compañía fuera de los puntos. Al final, ganó Barrichelo. A continuación, pusimos un cada vez más apasionante Tour. Lo más interesante de la carrera es que hubo ataques que Amstrong no pudo responder. Al final de la carrera, las distancias se acortaron y dos corredores del Euskaltel se situaron en 4º y 5º posición (Mayo y Zubeldia respectivamente).
Esa tarde compramos comida para la odisea turca y aprovechamos para ir a ver tiendas. Más tarde, nos paramos en un parquecillo cerca del hostal. Dave se divertía con un chaval que creemos que era autista. Pujol intentaba divertirse con una pelota, pero desistió al meterse un ostión contra el suelo y clavarse un cristal (no hay que olvidar su malhumorada resaca), y Boti y yo nos divertíamos con la pelota.
En la estación nos volvimos a encontrar de nuevo con los del San Patricio (Sabih y compañía), que también iban a Turquía. En el tren estuvimos hablando con unos catalanes muy majos, el cual estaba lleno de españoles. Los del Sanpa, los catalanes, un grupo grande de bilbainos y nosotros. No hay que olvidar que nos acompañaban nuestras amigas las alemanas.
El comentario del día son los coleguitas del Dave y del Boti de su compartimento (los crios de Spiderman y Spanishman). Puch y yo dormimos en otro compartimento, con una familia y un tipo.