Dave: Llegamos a San Remo a las 8:00 de la mañana y nos recibieron con una buenísima noticia: en aquella lujosa estación no tenían un sitio para dejar las maletas, así que nos dirigimos a la playa con todos los bártulos. No es que pareciésemos domingueros, es que los domingueros se parecían a nosotros! Nos ubicamos en un trocito de playa que encontramos en el que no había que pagar y en la que cuando andabas parecía que hubiese un incendio forestal del polvo que se levantaba. Allí estuvimos todo el día dorando nuestras bellas pieles. Hasta que el día se nublo.
Cabe destacar la casi nula presencia de gente entre 5 y 100 años, en la playa había una cantidad ingente de personas mayores, destacando el modelo “abuelo con fardapack” y “anciana con tanga en Topless”. A su vez nos amenizaban el día playero con berridos de crios que casualmente siempre estaban junto a nosotros. Por “desgracia” abandonamos este amable y bello paraje y, tras unas horas de espera en la estación, continuamos el viaje.
Pujol: Nos esperaba un largo viaje a Port Bou y nuestra intención era dormir todo el viaje hacia allí. Con este objetivo en vez del habitual compartimento cogimos dos de ellos. Nos preparamos para dormir y… sorpresa!! Un revisor nos avisó que el tren paraba en Ventemiglia como última parada. Luego un bus nos llevaría al destino elegido.
Ante la perspectiva de tener un largísimo viaje en bus, cambiamos de opinión. En vez de ir a Port Bou (que luego resultó ser un pueblo catalán), iríamos a Niza. Y de esta forma cogimos el bus hacia esta gran ciudad costera francesa. En el viaje “vimos” uno de los mitos del viaje, Ventemiglia. Digo “vimos” porque yo iba sin lentillas.
Cuando llegamos nos introducimos en la estación de forma sigilosa y comenzamos a dormir. Un policía a los pocos minutos de tumbarnos, vino y nos quiso echar de la estación. Después de compartir unas palabras con el poli y otro con un chucho enorme, terminamos durmiendo en un vagón parado. Buenas noches país de nunca jamás!
Boti: A la una de la mañana nos tumbamos en el siempre acogedor parqué de la estación de Niza hasta que un policía interrumpió lo que prometía ser un bonito sueño! Nos echaban a la calle pero tras mediar unas palabras se brindaron a ofrecernos cobijo en un tren parado en las vías, personalmente dormí, que daba gusto verme, es más, posiblemente incorpore un compartimento del tren litera en mi cuarto. Mi cuerpo se está haciendo a superficies duras y rocosas.

Cabe destacar la casi nula presencia de gente entre 5 y 100 años, en la playa había una cantidad ingente de personas mayores, destacando el modelo “abuelo con fardapack” y “anciana con tanga en Topless”. A su vez nos amenizaban el día playero con berridos de crios que casualmente siempre estaban junto a nosotros. Por “desgracia” abandonamos este amable y bello paraje y, tras unas horas de espera en la estación, continuamos el viaje.
Pujol: Nos esperaba un largo viaje a Port Bou y nuestra intención era dormir todo el viaje hacia allí. Con este objetivo en vez del habitual compartimento cogimos dos de ellos. Nos preparamos para dormir y… sorpresa!! Un revisor nos avisó que el tren paraba en Ventemiglia como última parada. Luego un bus nos llevaría al destino elegido.
Ante la perspectiva de tener un largísimo viaje en bus, cambiamos de opinión. En vez de ir a Port Bou (que luego resultó ser un pueblo catalán), iríamos a Niza. Y de esta forma cogimos el bus hacia esta gran ciudad costera francesa. En el viaje “vimos” uno de los mitos del viaje, Ventemiglia. Digo “vimos” porque yo iba sin lentillas.
Cuando llegamos nos introducimos en la estación de forma sigilosa y comenzamos a dormir. Un policía a los pocos minutos de tumbarnos, vino y nos quiso echar de la estación. Después de compartir unas palabras con el poli y otro con un chucho enorme, terminamos durmiendo en un vagón parado. Buenas noches país de nunca jamás!
Boti: A la una de la mañana nos tumbamos en el siempre acogedor parqué de la estación de Niza hasta que un policía interrumpió lo que prometía ser un bonito sueño! Nos echaban a la calle pero tras mediar unas palabras se brindaron a ofrecernos cobijo en un tren parado en las vías, personalmente dormí, que daba gusto verme, es más, posiblemente incorpore un compartimento del tren litera en mi cuarto. Mi cuerpo se está haciendo a superficies duras y rocosas.
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