sábado, 13 de julio de 2002

Belleza alpina, Hedor trasalpino

Furïs: Después de un tortuoso viaje de 18 horas, hemos llegado a Milán sudorosos, pero con muchas ganas de conocer Milán y a las milanesas. Me ha sorprendido que la estación de Turín era bastante fea, mientras que la de Milán está llena de arte.

Hemos cogido el metro para ir a la catedral Duomo(gran catedral a la vez que bella), la única pega es que estaba en obras. Como grandes mochileros que somos, nos hemos ido a un lado de la catedral a comer, nos hemos sentado y hemos empezado a maquinar los bocatas. El hambre era atroz y en 0,3 segundos nos hemos comido los fuscatas. Después de comer, hemos dado unos rules por la catedral, y de ahí, hemos caminado hasta la calle de las tiendas (sin más). Hemos atravesado un parque, digamos “X”, y hemos cogido el metro para volver a la estación dirección Eslovenia.

2 comentarios:
1. Toi hecho un cristo.
2. Es una vergüenza que te hagan sacar todo lo que tienes en la maleta para dejar la mochila en la consigna de la estación.

Dave: Feliz llegada a la tierra de la mafia y las pizzas(de lo 1º hemos visto alguno, de lo 2º ni oler).

Los comentarios, bufidos Y resoplidos abundan, y el hedor comienza a hacerse notar en nuestras filas.

Las nuevas amistades brillan por su ausencia, aunque poco a poco vamos charlando con la gente. Milán me ha parecido bonito, aunque me parece que es para ir en plan lujo, mucha pasta y poca mochila, pero me hubiera gustado una explicación de las cosas que estaba viendo. La catedral me ha parecido impresionante, de proporciones descomunales. En otro orden de cosas, se nos platean dos problemas: 1º tenemos un serio problema con la perdida de líquidos(sudamos como cerdos) y consumimos una barbaridad de agua; 2º cada vez que nos aburrimos recurrimos al bocata, cosa que habrá que tratar(o no).

He de decir, que pese a estar fumando bastante, mis acompañantes no me motivan a ello, lo cual me hace pensarme si aprovechar la ocasión. Retomaremos en otra ocasión. Desde el intercity 627 Milan-Venecia. Arriverderci!!.

Furïs: llevamos justo 24 horas de viaje y parece que llevamos un mes viajando por Europa. Todo bien!!!

Puch: Despedimos Francia y damos la mano a Italia desde el tren. Un mismo relieve caracteriza ambas acciones. Unas colosales montañas, que en poco espacio asciende hasta unas alturas descomunales; maleza y árboles pertenecientes a un clima frió que en estos momentos no se nota; y pequeñas casas con un aspecto de cómodos y acogedores hogares. Los Alpes.

La sensación de pequeñez en esos momentos inundo a todo el grupo. Esto nos hace fotografiar y filmar lo que hasta entonces era un conocimiento propio adquirido mediante la escucha.

El camino hacia Milan y el que ahora realizamos nos entrega numerosos nombres de ciudades míticas que no vamos a poder visitar. Pero sobre todo nos añade cansancio a las ya debilitados cuerpos que actualmente poseemos, debido al calor y a las numerosas horas de traslados y a las menos numerosas horas de sueño.

La llegada a la capital de Eslovenia se dará a una hora más allá de las dos de la mañana. Espero que podamos dormir tranquilos, porque me veo en un parque compartiendo experiencia y espacio con los sin casa y borrachos de aquel todavía lejano lugar.

Puntualización: Italia huele a brea.
Características de los viajeros: el boti es un coñazo como compañero de viaje, ya que cuando pilla un asiento cierra los ojos y pasa de todo y de todos. No se puede hablar con nadie!!

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Yo te bautizo como Diario del Atípico Mochilero Europeo; diario del viaje de Interrail del que escribe, Borja Pujol y los que me acompañan, David Olavaria, Erik Martín y Iosu Uría, su orden no está dispuesto por su importancia ni por supuesto, por su altura.